Dios se encarga de lo mío y yo de lo de El.
Dios se encarga de
lo mío y yo de lo de El.
Desde que tengo memoria, e incluso desde mucho antes, Dios ha estado conmigo, guiándome, protegiéndome y tomando el control de todo. Reconozco que muchas veces he sido desobediente y aunque me arrepiento, cambio muy poco, como si fuera un proceso interminable. Aun así, Él nunca me ha dejado; siempre me acompaña. No sé qué haría sin Él. Dios siempre ha sido bondadoso y cariñoso, como un amigo, un hermano y un padre. Ha sido todo para mí y he aprendido mucho de Él. A pesar de mis errores, aunque intento agradarle, a veces hago cosas que me hacen sentir lejos de Él, pero sé que Él siempre se mantiene cerca de mí. Pero sigo en este mundo y sé que será difícil, pero debo recordar que cuanto más cerca esté de Dios, mayor tranquilidad tendrá mi alma.
Un pastor dijo una vez que, cuando alcanzas un nivel máximo de adoración, puedes ver las cosas como Dios las ve. Es un nivel de total rendición ante Él.
Señor, perdóname. Tú has sido lo mejor que me ha pasado y lo mejor que tengo. A veces siento que arruino nuestra relación, pero aun así, gracias por no desampararme, por tenerme paciencia, por tu misericordia, por perdonarme y por darme una nueva oportunidad cuando la necesito.
Gracias, Dios. Obedecerte y amarte no es fácil, ¡pero aun así no quiero dejar de intentarlo!
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