Aprendiendo a Renunciar por Amor (Tomado de un diario secreto 12/abr/2018 ) Cuando era una niña y acepté a Cristo en mi corazón, nació en mí un anhelo profundo: deseaba que Él me llevara a vivir lejos de todo, en un bosque o en las montañas, en una cabaña solitaria. Imaginaba una vida tranquila, rodeada de naturaleza, acompañada únicamente por mis libros y la presencia constante de Dios. Soñaba con bajar de vez en cuando al pueblo o a la ciudad, solo para conseguir provisiones o visitar brevemente a mi familia y amigos, pero luego regresar a mi refugio, donde pasaría la mayor parte del tiempo a solas con Él. Era una idea que me llenaba de paz. Sin embargo, desde el primer momento en que ese deseo nació en mi corazón, supe que no era lo que Dios quería para mí. A pesar de entenderlo, durante muchos años conservé la esperanza de que, tal vez algún día, ese anhelo se hiciera realidad. Me aferraba a la idea, como si fuera un pequeño rincón de consuelo en medio del mundo. Tambi...