Entradas

La Locura de una Libertad que Aplaude lo Inmoral.

Imagen
La Locura de una Libertad que Aplaude lo Inmoral (Tomado de un diario secreto 01/may/2018) Qué ironía la de la vida: pareciera que el mundo entero se ha vuelto tan insensato que, a veces, da la impresión de que en un manicomio podría encontrarse más cordura que en las calles. Todo se ve al revés. Lo que antes era valorado como virtud, ahora es motivo de burla; y lo que debería ser motivo de vergüenza, hoy se celebra como si fuera un logro. Es ridículo y, al mismo tiempo, doloroso ver cómo tantas personas caminan con los ojos cerrados, creyendo que son libres cuando, en realidad, están atadas a cadenas invisibles. Se habla de libertad como si fuera el bien supremo, pero esa libertad se ha convertido en un pretexto para justificar la perversión, la degradación y el desprecio por lo que es justo y verdadero. Muchos comprometen sus principios por dinero, por fama o por conservar un puesto de trabajo, hasta llegar a traspasar los límites de la decencia. Y lo peor es que esa conducta se vis...

Para esos días grises frente al espejo.

Imagen
Para esos días grises frente al espejo (Tomado de un diario secreto  19/04/2018) Hubo un tiempo en mi vida en el que, por varios días seguidos, me invadía un sentimiento de inconformidad conmigo misma. Me miraba al espejo y no lograba reconocer nada que me agradara: sentía que era una persona fea, mi físico me disgustaba, mi piel demasiado delicada me incomodaba y mi cabello, rebelde e incomprensible, parecía acentuar más mi malestar. Trataba de convencerme de que todo estaba bien, de que no debía darle tanta importancia, pero por más que lo intentaba no conseguía salir de ese estado de tristeza que poco a poco me hundía en una especie de depresión silenciosa. Fue en esos mismos días cuando decidí visitar a una prima muy querida, que tiene dos hijas pequeñas. Al llegar a su casa, la niña de apenas un año se sentó a mi lado con esa calma que solo los más pequeños pueden transmitir, mientras que su hermana, de cuatro años, permaneció de pie frente a mí. Lo curioso fue que no dejaba ...

Cuando el alma se distrae del cielo.

Imagen
Cuando el alma se distrae del cielo  (Tomado de un diario secreto  14/abr/2018 ) Cuando realmente amamos a Dios, nuestro mayor deseo es obedecerle y vivir conforme a su voluntad, tal como lo enseña 1 Juan 2:3-6 . Hace poco escuché una prédica que me confrontó de una manera muy especial. El predicador mencionaba que hay cristianos que asisten fielmente a la iglesia, participan en las actividades y hasta sirven en diferentes ministerios; sin embargo, en lo más profundo de su corazón tienen un fuerte apego al mundo. Por fuera su testimonio puede parecer intachable, pero por dentro anhelan lo que la gente del mundo hace y disfruta. Eso es algo serio y peligroso, porque refleja una vida dividida, una adoración que no es genuina. Inmediatamente recordé lo que dice Isaías 29:13 : “Este pueblo de labios me honra, mas su corazón está lejos de mí”. Al escuchar esas palabras, tuve que reconocer que yo mismo he estado en esa condición en algún momento. No es fácil admitirlo, pero hubo un ...

Aceptados… pero, ¿fieles?

Imagen
Aceptados… pero, ¿fieles? (Tomado de un diario secreto  12/abr/2018 ) Esta semana quedé profundamente pensativa después de escuchar una prédica. No entraré en todos los detalles, pero quiero compartir aquello que más me impactó y que ha estado rondando en mi mente desde entonces. El predicador mencionó que, en el tiempo de los apóstoles, los cristianos eran vistos como verdaderos alborotadores del mundo. Eran percibidos como una amenaza al orden establecido, y por eso las personas de aquella época los odiaban intensamente. Buscaban callarlos a toda costa e incluso, si era posible, matarlos. Fue en ese contexto que se les empezó a llamar “cristianos”, un nombre que servía para identificarlos claramente como aquellos que predicaban a Cristo sin temor. Al reflexionar sobre esto, pensé en lo mucho que ha cambiado la percepción del cristianismo con el paso de los siglos. Hoy en día, en muchos lugares, los cristianos son bien aceptados, incluso apreciados. Es común escuchar a personas qu...

Aprendiendo a Renunciar por Amor.

Imagen
  Aprendiendo a Renunciar por Amor (Tomado de un diario secreto  12/abr/2018 ) Cuando era una niña y acepté a Cristo en mi corazón, nació en mí un anhelo profundo: deseaba que Él me llevara a vivir lejos de todo, en un bosque o en las montañas, en una cabaña solitaria. Imaginaba una vida tranquila, rodeada de naturaleza, acompañada únicamente por mis libros y la presencia constante de Dios. Soñaba con bajar de vez en cuando al pueblo o a la ciudad, solo para conseguir provisiones o visitar brevemente a mi familia y amigos, pero luego regresar a mi refugio, donde pasaría la mayor parte del tiempo a solas con Él. Era una idea que me llenaba de paz. Sin embargo, desde el primer momento en que ese deseo nació en mi corazón, supe que no era lo que Dios quería para mí. A pesar de entenderlo, durante muchos años conservé la esperanza de que, tal vez algún día, ese anhelo se hiciera realidad. Me aferraba a la idea, como si fuera un pequeño rincón de consuelo en medio del mundo. Tambi...

Esa inquietud que te hace buscar, Aunque no sepas qué es.

Imagen
Esa inquietud que te hace buscar, Aunque no sepas qué es. (Tomado de un diario secreto  29/03/2018 ) Hay momentos en los que algo dentro de ti te impulsa a moverte, a salir, a buscar… pero no sabes con claridad qué es lo que estás buscando. Solo sabes que hay una inquietud en tu interior, una sensación de vacío que no se llena con nada. No importa quién eres, ni qué religión practicas, ni cuántas cosas tengas o logros hayas alcanzado. Ese vacío no hace distinción, porque es más profundo que cualquier necesidad material o emocional. Es un llamado del alma. Podrás intentar calmar esa sensación con distracciones, placeres momentáneos, rutinas o incluso relaciones. Podrás llenar tus días de actividades o rodearte de personas. Pero al final, cuando estés a solas contigo mismo, esa voz interior seguirá hablándote, ese anhelo persistirá. Y es que lo que sientes no es otra cosa que una necesidad espiritual: una sed que solo Dios puede saciar. No luches más contra ese deseo. No lo ignores n...