Para una amiga que sueña con casarse
Para una amiga que sueña con casarse
El hombre con el que te vas a casar llegará en el tiempo perfecto de Dios. No será antes ni después, sino en ese momento preciso que Él ha designado para ti. No te preocupes ni te impacientes, porque el Señor conoce tu corazón, tus anhelos y también lo que realmente necesitas. Ese hombre no solo será un compañero de vida, sino que juntos podrán cumplir el propósito que Dios ha preparado desde siempre para ustedes. Su relación será más que un matrimonio: será un reflejo del amor y la fidelidad de Dios, un testimonio de lo que significa caminar en obediencia y confianza en Él.
Si tienen hijos, no lo dudes, será también en el tiempo perfecto de Dios. Él es quien da la vida y quien decide cuándo traerá esa bendición a sus vidas. Confía en Su plan y en Su tiempo, porque todo lo que Él hace es perfecto y nunca se equivoca.
Si hasta ahora Dios ha guardado tu pureza y tu virginidad, no creas que ha sido en vano. Él lo ha hecho porque te cuida y quiere lo mejor para ti. Continúa confiando en Su fortaleza y no permitas que las tentaciones te aparten del camino. En esos momentos de duda o debilidad, recuerda que Dios siempre está a tu lado, dándote las fuerzas para resistir y seguir firme. Tu pureza es un tesoro valioso, y el hombre que Dios tiene para ti sabrá apreciarla y honrarla como el regalo sagrado que es.
También, ten mucho cuidado con las citas y con las personas que te rodean. No te apresures ni te dejes llevar por las emociones del momento. Recuerda que la Palabra de Dios nos advierte sobre el yugo desigual: relacionarse con alguien que no comparte tu fe puede llevarte por un camino lleno de dificultades y conflictos. Si un hombre no tiene a Cristo en su corazón, no podrá caminar contigo en la misma dirección, y en un matrimonio eso es fundamental. Pero incluso si dice ser cristiano, observa bien su vida y su relación con Dios. No basta con decirlo; un verdadero hijo de Dios se distingue por sus acciones, su carácter y su compromiso con el Señor. Pídele a Dios discernimiento, que te muestre quién es realmente, para que no te confundas ni te lastimes.
No estás sola en este proceso. Dios te guiará y te ayudará a tomar cada decisión. Solo búscalo con todo tu corazón, ora sin cesar y mantente cerca de Él. Cuando le das el primer lugar a Dios, Él se encarga de ordenar todo lo demás. Recuerda que nuestro Padre siempre sabe qué es lo mejor para Sus hijos, y en Sus manos estás segura. Su plan es perfecto y te sorprenderá, porque Él siempre cumple Sus promesas y nunca te abandona.
Confía, espera y sigue firme en la fe. Dios tiene preparado algo hermoso para ti, mucho más grande de lo que puedes imaginar.
(26/nov/2017)
Comentarios
Publicar un comentario