Descubriendo Mi Camino
Descubriendo Mi Camino
(Tomado de un diario secreto 01/12/2017)
Hace un año me gradué de la universidad, y desde entonces he tenido tiempo para reflexionar sobre muchas cosas. Recuerdo con claridad ese momento en el que, llena de emoción, recibí mi diploma. Sin embargo, junto con la alegría también llegó una sensación de incertidumbre que no me esperaba. No sabía qué haría después, qué camino tomaría o cuál sería mi siguiente paso. Durante mis años de estudio, nunca logré definir con claridad qué quería para mi futuro. En ese entonces, me sentía atrapada por la idea de que cualquier decisión que tomara sería definitiva, como si estuviera firmando un contrato que determinaría el resto de mi vida. Esa presión me abrumaba.
Un día, compartí estas luchas internas con mis padres. Hablar con ellos fue una experiencia reveladora. Me contaron sus propias historias, las decisiones que tomaron y los errores que enfrentaron en su juventud. Sus palabras me llenaron de paz y me ayudaron a entender que esta etapa no se trata de tomar decisiones inamovibles, sino de dar pasos, aun sabiendo que puedo equivocarme. Me enseñaron que los errores no son un final, sino una oportunidad para aprender, comenzar de nuevo o ajustar el rumbo. Me di cuenta de que esta etapa de mi vida es una invitación a explorar, a probar cosas nuevas y, en el proceso, descubrir lo que realmente quiero y lo que me hace feliz.
A pesar de este alivio, no podía evitar compararme con otras personas. Me sentía mal porque parecía que muchos de mis conocidos ya habían descubierto su pasión desde muy jóvenes, mientras que yo aún seguía buscando. Fue entonces cuando, por casualidad, llegó a mis manos un libro que narraba las historias de mujeres extraordinarias. A través de esas páginas, descubrí que algunas de ellas dedicaron años de su vida a experimentar y explorar antes de encontrar lo que realmente las apasionaba. Incluso leí sobre mujeres que siempre supieron lo que querían hacer, pero que no tuvieron la oportunidad de perseguir sus sueños hasta muchos años después. Sus historias me inspiraron profundamente. Me hicieron entender que no hay un solo camino ni un tiempo fijo para descubrir nuestra vocación.
Hoy, acepto que mi camino es único y que cada paso que doy, por pequeño que parezca, será significativo para mi futuro. He aprendido a confiar en que Dios estará conmigo en cada decisión que tome. Sé que me guiará por un camino que me acerque más a Él. Esta etapa de mi vida, aunque llena de incertidumbre, también está cargada de posibilidades, y eso es algo que ahora puedo ver con esperanza y gratitud.
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