Orando en el silencio
Orando en el silencio
Orar en todo momento es hermoso, pero aún más cuando todo está en silencio. Esos momentos de intimidad, donde solo escuchas a ti mismo y a Dios, son especiales porque Él quiere hablarte de manera muy clara.
Recuerdo la historia de una joven que oraba de madrugada. Le gustaba ese momento porque era más silencioso. Disfrutaba orar antes de que los animales despertaran, pues ellos también se levantan temprano y cantan para dar gracias a su creador. Ella pensaba que, si los animales lo hacían, ¿por qué no hacerlo ella también, incluso antes que ellos? Después de todo, nosotros somos más importantes para Dios. Mateo 6:26 lo dice: "Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?" Pensar en lo importante que es para el gran Rey y Señor, la motivaba a madrugar. Luego, cuando los animales despertaban, ella seguía orando y adorando, como uniéndose al agradecimiento del resto de la creación.
Otra historia que recuerdo es la de una niña que le pedía a Dios que la despertara de madrugada para hablar con Él, porque no tenía una alarma para despertarse sola. De una manera muy dulce, Dios la despertaba. Cada día, a las 5:30 am, unos pájaros se posaban en su ventana y cantaban, despertándola. Siempre estuvo asombrada y agradecida por esa forma en que Dios la llamaba.
Dios, que mi deseo de hablar contigo se intensifique cada día más.
(tomado de un diario secreto, 17/09/2016)
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