La vida de Enoc

La vida de Enoc

(tomado de un diario secreto, 23/06/2016)

La Biblia no nos relata mucho sobre la vida de Enoc; solo se le menciona en unos cuantos versículos. Sin embargo, estos son suficientes para saber que agradó a Dios.

"Enoc caminó con Dios y por eso fue llevado", (Gn. 5:21-24). 

Pero, ¿cómo caminó con Dios? Creo que Enoc siempre tuvo presente que Dios destruiría el mundo en un momento desconocido para todos. Por eso, decidió caminar con Dios y así salvar su alma.

Además, supongo que Enoc temía morir sin haber agradado a Dios, pues conocía el destino que le esperaba. Pero, ¿cómo sabía que Dios destruiría el mundo? Según algunos teólogos, la respuesta está en su hijo.

Enoc era profeta (Jud. 14), y Dios le reveló que cuando su hijo muriera, Él vendría. De ahí el nombre de Matusalén, que literalmente significa "cuando él muera, será enviado". (Imagina si Matusalén hubiera sido un niño enfermizo).

Por eso, Enoc siempre estaba a la expectativa y trataba de mantenerse preparado. Y eso es lo que debemos hacer nosotros hoy en día: tener un corazón lleno de temor a Dios, buscando agradarlo y manteniéndonos preparados día tras día. Así, como Enoc, podremos caminar con Dios y ser llevados.

Cabe mencionar que Matusalén fue el hombre que más vivió en la tierra: 969 años (Gn. 5:27). Si hacemos bien las cuentas desde su nacimiento, notamos que murió el mismo año en que comenzó el diluvio. Esto cumplió la profecía y demuestra la misericordia y gran amor de Dios por toda su creación. Él busca y espera con paciencia que nos arrepintamos, para que, al llegar el fin, podamos ser salvados como Noé y su familia o llevados antes del fin, como Enoc.

Estemos alerta y preparados; el tiempo final está cada vez más cerca y llegará de repente. Dios nos tiene mucha paciencia y misericordia porque no quiere que nadie se pierda ni viva una eternidad sin Él. Sin embargo, no puede esperarnos eternamente para que tomemos una decisión.

"El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento". 2 Pedro. 3:9

Enoc

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