Una vida agradando a Dios

Una vida agradando a Dios

Hace mucho tiempo, conocí a una persona que siempre buscaba agradar a Dios. Me contó que en el pasado tenía un temperamento fuerte y un carácter difícil. Se enojaba rápidamente cuando alguien la ofendía y reaccionaba de mala manera, lo que luego la hacía sentirse arrepentida. Un día, se cansó de esa situación y decidió orar a Dios pidiéndole ayuda, ya que no quería seguir actuando de manera que no agradara a Dios cada vez que se enojaba. Y Dios respondió a su oración.

Desde ese momento, se volvió, por así decirlo, insensible a las ofensas. Y no lo hace con sarcasmo; realmente no se da cuenta cuando alguien la ofende. Si alguien la trata mal, ella no se da cuenta en el momento. A veces lo percibe más tarde, ya sea reflexionando o porque alguien más le hace ver la ofensa, pero para entonces es demasiado tarde para reaccionar como solía hacerlo, así que prefiere perdonar y olvidar.

Y en las ocasiones en que nota inmediatamente que alguien la ofende, responde amablemente y con sabiduría, estando de buen humor. Dios la ama y, en respuesta a su oración, le otorgó esta gracia para que viva una vida íntegra y en búsqueda de la santidad. Además, muchas de las personas que la ofendieron, al ver su nueva manera de reaccionar, se hicieron sus amigos, y algunos incluso comenzaron a acercarse también a Dios.

(tomado de un diario secreto, 26/01/2016)

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