Sanidades (Tomado de un diario secreto 23/oct/2017) Hoy Dios me recordó algo importante, y más tarde, leyendo, encontré un pasaje que reforzó ese pensamiento, dándole más claridad y fuerza a lo que ya rondaba en mi mente. A menudo, pensamos que nuestra falta de fe es lo que impide que Dios nos sane de alguna enfermedad o condición. Sin embargo, no siempre comprendemos que es el propósito de Dios, su voluntad soberana, la que finalmente predomina. Es esa voluntad la que, en algunos casos, permite que no recibamos la sanidad que esperamos. Y la pregunta que surge es: ¿por qué? No lo sé, pero esto no significa que Dios sea injusto o cruel. Él sigue siendo bueno, justo y fiel. Lo que sucede es que para Dios, nuestra salvación eterna es mucho más importante que nuestra sanidad física. A veces, la sanidad puede alejarnos de Él, mientras que la falta de ella puede acercarnos más a su propósito divino. En la Biblia, encontramos ejemplos de personas que no fueron sanadas a pesar de estar cerca ...