¡SER YO... PARECIÉNDOME A CRISTO! Un día, estando sola en mi casa, me puse a meditar sobre algunos personajes de la Biblia, como Daniel y Elías. Ambos hombres me asombran mucho. Mientras reflexionaba sobre sus vidas, pensé: "Cómo me gustaría ser como ellos". De inmediato, sentí la voz de Dios en mis pensamientos, diciéndome que no debía desear eso, que debía ser yo misma, pues Él me hizo diferente. Sin embargo, también me dijo que debía querer ser como Cristo y tratar de parecerme a Él cada día. Dios me recordó que, aunque es bueno admirar y aprender de las personas que se mencionan en la Biblia, no debo querer ser como ellos. Debo aceptar quién soy, y esforzarme por alcanzar la estatura del varón perfecto, Jesucristo. Dios me hizo con cualidades únicas y una vida diferente a la de otros. Quiere que haga mi propia y única historia, viviéndola para Él y disfrutándola, pero siempre siendo yo misma, pareciéndome a Cristo. (tomado de un diario secreto, 18/01/2016)